El extraño caso del doctor Fausto
España| Drama /
Experimental|
1969|82 minutos
Título original: El extraño caso del doctor Fausto
Dirección: Gonzalo Suárez
Intérpretes: Gonzalo Suárez (Narrador), Alberto Puig, Olga Vidali, Gila Hodgkinson, José Arranz, Teresa Gimpera, Emma Cohen, Charo López
Idioma: Español Subtítulos: No necesita
Formato: DVD-R
Insólita aproximación al mito de Fausto. La libertad poética y formal de la película irrumpe en la pantalla con imágenes sensuales a tenor de un montaje, por momentos, delirante. Seres de un lugar indeterminado del universo intentan evitar que el doctor Fausto culmine sus investigaciones y descubra un secreto esencial. Para ello envían a la tierra a Mefistófeles.
Gonzalo Suárez en "El Mundo" (7/12/96), a propósito del ciclo que le dedicó la Filmoteca Española en 1996:
(...) Al principio, en los años 60, buscaba sólo la libertad de hacer cine. Eran los tiempos, pedantes y adolescentes, de la «Nouvelle Vague» y «La escuela de Barcelona». Nunca me he adscrito a modas ni tendencias. Las dinámicas de grupo me producen repulsión. No soporto el espíritu gremial ni gregario de quienes uniforman opiniones para jugar al corro de la patata. Las «tarantineces» de ahora me retrotraen a las «godardeces» de antaño. El cine para mí no es fiesta de sociedad ni pasarela para modistos del pensamiento. Es aventura interior que pasa de verdad. Requiere remontar el río sin dejarse llevar por la corriente.
Mi impaciencia de entonces me impulsó a proclamar que haría «diez películas de hierro» como réplica a la mediocridad de un cine español cuyos tristones efluvios impedían emanciparse de la mustia realidad.
Con Fausto y Aoom volé sobre el nido del cuco. Cámara a mano, sin guión, improvisando cada día, fustigué la pantalla a brochazos, a la manera del pintor impresionista que persigue el fulgor del instante. Probablemente no eran películas, pero sí retazos de un cine imposible, fuera de toda norma, que ponían de manifiesto el impudor y la alegría de rodar.
Recuerdo que en pleno rodaje de Fausto (1969) se decretó el Estado de Excepción. Desafiando el toque de queda y el sentido común, iluminamos procazmente una terraza desde la que se dominaba la ciudad. Salté por los tejados, entre chimeneas. Nada puede equipararse a la sensación de burlar impunemente la sordidez franquista sin más armas que una cámara y la fuerza de la imaginación.
La realidad ha cambiado y, en consecuencia, el cine español. Pero subsiste una mentalidad que desdeña la cultura y frivoliza el arte. Desde esta actual perspectiva, «Las Diez de Hierro» puede considerarse un proyecto inacabado pero sigue siendo una actitud vigente. (...)